Constructivismo en Educaciòn Superior

sábado, 14 de junio de 2008

El constructivismo en Educación Superior



La educación superior del siglo XXI se debe caracterizar por centrarse en el aprendizaje, es decir, tener en cuenta los procesos que el esudiante requiere para alcanzar el Perfil de Formación Profesional. Una de las características destacables es la Autonomía - crítica y reflexiva - que deben evidenciar en el ejercicio profesional, es decir deben ser capaces de aprender a aprender permantentemente, aprender a construir su ser interior, sin desvirtuarse del aprender a convivir y a hacer ejerciendo un rol protagónico; en este sentido los docentes somos acompañantes que guíamos, moderadomos estos procesos orientándolos a la significatividad.

El concepto de “constructivismo” fue tomado como tema fundamental en el lenguaje oficial de las reformas latinoamericanas de los 90. Los organismos internacionales -UNESCO, OCDE, Banco Mundial, FMI- así como las dependencias que formulan las Políticas Educativas en nuestros países, coinciden en un conjunto de señalamientos respecto a las deficiencias e insuficiencias de los resultados educativos.

En primer lugar, considerar los cambios que deben darse en la UNIVERSIDAD del nuevo milenio, es necesario revisar, replantear o cambiar el paradigma que predominó durante el siglo pasado, el Positivismo, en virtud de que ya no responde a las necesidades emergentes de la sociedad actual, globalizada e interdependiente.

Este cambio en la orientación de los fines y propósitos de la Formación Profesional Superior, se debe concretar específicamente en el Perfil del egresado, de tal manera que el estudiante al concluir su Carrera Profesional tendría que evidenciar:

  • Capacidad de trabajo Independiente.
  • Capacidad de trabajo en redes y en equipos multidisciplinarios.
  • Dominio de competencias genéricas.
  • Capacidad de autoaprendizaje.
  • Capacidad para aceptar y respetar la diversidad.
Para lograr esta Competencia Profesional es necesario que el proceso educativo gire en torno a siete principios de buenas prácticas en la enseñanza universitaria:

  • Fomento del contacto entre profesor y estudiantes.
  • Desarrollo de la reciprocidad y la cooperación entre los estudiantes.
  • Motivación del aprendizaje activo.
  • Retroalimentación pronta.
  • Énfasis en la programación de las tareas.
  • Comunicación de expectativas altas.
  • Respeto por la diversidad de talentos y estilos de aprendizaje.

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